La crema líquida es muy popular en la cocina por su sabor y textura, que son más ricas y gruesas que las de la crema líquida. A menudo se usa para acompañar los postres, como cremas quemadas, musgos, helados o pasteles, o para preparar salsas, marinados o condimentos. También es muy apreciado por su riqueza en grasas y proteínas, lo que le da un sabor sabroso y nutritivo.