La masa fresca se usa para hacer pizzas, panes, cruasanes, brioches y para hacer pasteles o quiches. Hay varios tipos de masa fresca, cada una con sus propias características y usos. La masa recaudada se obtiene, por ejemplo, gracias a la fermentación de la masa gracias a la presencia de levadura, lo que le da una textura aireada y suave. El hojaldre, por otro lado, está hecho de capas de masa y mantequilla, lo que le da una textura crujiente y derretida.